jueves, 6 de agosto de 2015

VIAJE A BOGOTÁ

Hola a tod@s!! Después de poco más de dos semanas en casa, por fin me encuentro con ánimo de contaros cómo fue mi viaje, puesto que entre el calor que me llegó de golpe, el jet lag, la nostalgia y que luego se me hinchó la muñeca y no podía escribir... en fin, qué se le va a hacer.
Como un mes da para mucho, os voy a ir mostrando lo que para mí ha sido más entrañable.
Salimos del aeropuerto de Valencia a las 9 de la mañana, y tuvimos que hacer un primer transbordo en Madrid.


Llegamos al caótico aeropuerto de Miami a las 15h y teníamos que coger el que nos llevara a Bogotá a las 17h. Fue un estrés!!



El recibimiento en el aeropuerto fue muy emotivo. Mi marido llevaba sin ver a su familia ocho años, no conocían a mis hijos en persona ni a mí. Vinieron a recibirnos mis suegros, cuñados y amigos de Andrés. 






Mi hija es igualita a su tía Camila!!

Llegamos a casa sobre las diez de la noche, lo que para nosotros serían las cinco de la mañana, y la sorpresa fue cuando aparecieron un trío de cuerdistas cantando canciones colombianas dándonos la bienvenida. Fue muy emocionante y por un momento no pude evitar llorar pensando en mis padres, sobretodo mi madre, lo feliz que habría sido de saber que por fin mi suegra conocía a su nieta.
Como Helena estaba muy cansada, no pude terminar de escuchar al grupo porque la acosté a dormir, pero sí que luego estuvimos junto con los amigos de mi marido, y me pareció sorprendente que después de ocho años sin verse, entre ellos pareciera que se acabaran de ver el día anterior.

El domingo, jugaba el equipo de fútbol de Colombia, y vi a más gente con la camiseta de la selección en un solo día que lo que he visto con la de España en toda mi vida!!



Por la tarde, el tío Iván vino a recibirnos con una cesta de frutas buenísimas!!

Y nos invitó a pasar el siguiente fin de semana en Flances, una provincia de tierra caliente donde tiene un adosado con piscina. Ese fue el momento "¿por qué no habré hecho caso a mi amiga Marisa cuando me decía allá donde fueres, llevate el bikini? Yo le decía que no hacía falta porque iba a Bogotá, ciudad de tierra fría, así que ni siquiera me llevé un pantalón corto con el que pasar un día de calor (a Helena sí, pensando en ponerle medias y Pablo insistió en salir de Valencia con un pantalón pirata pero... Andrés y yo...)
La primera semana fue un poco de reconocimiento del país: teníamos que cambiar el dinero, Andrés no sabía cómo moverse porque en ocho años había cambiado todo el sistema de transporte público, y ni que decir de lo que nos costó encontrar bañadores y algo de ropa veraniega jajaja.

Las siguientes fotos son de una anécdota que me hizo reír mucho. Resulta que en Bogotá hay distintos tipos de autobús, desde los llamados busetas hasta el transmilenio que sería como aquí el tranvía, pero en bus. Pues resulta que entramos a uno de los que yo bautice como "cutrebus" y como estaba vacío, nos sentamos. Al cabo de un rato mi marido se levantó para preguntarle al conductor algo acerca de la parada en la que teníamos que bajar y vi que iba hasta él con la cabeza agachada. Cuando regresó a mí me moría de la risa, le hice que se irguiera todo lo que pudiera y le hice la foto, bromeando con que a la gente le iba a contar que casi no le dejan subir en el bus por superar el límite de altura jajaja. El caso es que menos mal que fuimos sentados porque si llegamos a tener que ir de pie, ya me diréis!!






El fin de semana en Flandes fue una pasada. La piscina tenía hasta jacuzzi y los tíos de Andrés, encantadores. Y ¡hasta aprendí un nuevo baile que desconocía! El "boogaloo" es de la familia de la salsa pero con el paso básico diferente. El día que os conozca en persona os lo enseño jajaja.
Aquí os dejo unas fotos de allí.






El domingo, fuimos a Ibagué, un pueblo que está a una hora de Flandes, a conocer a unas tías de Andrés que viven allí. Una de ellas se dedica a hacer unas obleas con arequipe que estaban deliciosas.






A la vuetla de Flandes, Andrés no quiso que me quedara sin probar la KolaSol. Es increíble la cantidad de bebidas que hay allí (y sin embargo Fanta de limón no hay)






Además de ir conociendo a mi familia colombiana, y ver lo a gusto que estaba Helena con su abuela, visabuela, primo, etc., también hicimos algo de turismo, sobretodo el día que quedamos con Elkin, uno de los mejores amigos de Andrés.
Primero nos llevó a Guadalupe, uno de los puntos más altos de Bogotá. Mirad cómo íbamos de abrigados!! Hacía un frío allí arriba!!






Después hicimos un poco de turismo por el casco histórico.








Y terminamos comiendo en una creperia en la que hacían unos crepes deliciosos.





Este es el postre que le pusieron a mi princesa.



Otro día, como le había prometido a una amiga que le mandaría una foto del parque Simón Bolívar, pues allá que fuimos.






El siguiente domingo fuimos en familia al parque Jaime Duque. 











Como podéis ver en la pulsera, todo lo que se recauda en este parque va destinado a asociaciones de ancianos, hogares infantiles y ayuda a los animales. Fue un día maravilloso!!

Ahora os voy a mostrar unas fotos en las que comprenderéis por qué mi marido y yo hemos vuelto con unos quilitos de más (buáaaaaa)





Y allí, todo el tiempo bebíamos refrescos. Mirad qué tamaño de botellas!! Son la retrochimba home!!



Y como no, no podíamos ir a Colombia y no salir a bailar con los amigos de Andrés. De esa noche, solo os puedo mostrar una foto porque las demás son o en movimiento o, digamos, un poquito impresentables jajajaja



También estuvimos de compras por "las ferias" (eso es lo que a Pablo más le gustó)





El día que fuimos a Monserrate, esta vez junto con mis suegros y mi cuñada, subimos en telesférico.






El día no acompañó y al poco de llegar empezó a llover, pero al menos pudimos verlo y hacernos unas bonitas fotos. Monserrate es el segundo punto más alto de Bogotá.





También hemos aprovechado para ir al cine y ver pelis de animación en versión latina, que me ha encantado por cierto.





Y no puedo obviar la mañana en la que quedé con una de las bailarinas que más me ha hecho sonreír tras leer uno de mis libros. Biyely Barbosa, cuando terminó de leer QUIERO BAILAR CONTIGO, me dijo que se había pasado todo el libro bailando, puesto que cada vez que leía el título de una canción que yo sacaba en la historia, ella se la ponía en su casa y la bailaba. No podía dejar Bogotá sin conocerla en persona!!






En resumen, ha sido un mes inolvidable de conocer a la familia,



de que Helena sepa que aunque aquí tengamos muy poquita familia, en un país muy lejano, tiene un primito llamado Juan,


unos abuelos y visabuela que la adoran y que la han consentido por los cinco años que han vivido sin ella...




y que siempre que queramos (o más bien podamos), allí tenemos una casa esperándonos con los brazos abiertos.

Antes de irnos, se organizó una barbacoa con las tías paternas de mi marido, que son un montón, y en un árbol nos hicimos fotos Andrés, mi hijos y yo, con cada una de las familias. Para no aburriros aquí os dejo mi preferida, porque ellos son mi familia de verdad: la mami Stella, el papi Gustavo, el tío Fabián y la tía Camila. Os queremos!!


Y como todo lo bueno se acaba, el triste momento de la despedida llegó, eso sí, prometiendo que no tardaremos en volver, porque quiero que vean crecer a mis hijos, que sobretodo Helena sepa que su papá tiene mucha gente que la adora, y porque forma parte de nuestra vida, y tenemos que hacer lo imposible por no perderlo.



Y por cierto, he conseguido mucha información para mi próximo relato de Alejandro y Sara, QUIERO BAILAR CONTIGO EN COLOMBIA, pero eso será... próximamente.
Besets y espero que os haya gustado!!

2 comentarios:

  1. Cris que maravilla de viaje , paisajes hermosos pero sobretodo se ve mucho cariño en las fotos
    Gracias por compartirlo , me encantó aquello que habrá relato de nuestros bailarines favoritos . Un beso

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  2. Gracias Paula, a ver si lo escribo antes de que se me olviden palabras como hijuepucha, mijo, chimba, marica, etc., jajajaja (y más que ya veréis)!! Pero es que ahora con el calor y mi hija siempre en casa, la inspiración anda más bien de vacaciones y tendré que esperar a que vuelva jaja.

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